Así se presenta Laura Muller, narradora, especialista en tiempo libre y recreación y creadora de un original delivery a través del cual, en lugar de pizzas o bebidas, llegan a domicilio deliciosas historias:
“Me sumerjo en el mundo de la narración y me encuentro con que allí confluyen muchas cosas que me apasionan y me motivan. Me gusta pasear, conocer lugares… y así también me gustan los paseos en historias: las imágenes, los colores, los sabores y los aromas que se transmiten con las palabras. Además, me gustan mucho la cocina y la comida rica, los perfumes y los aromas... Y también en eso encuentro que hay una relación con la narración.
“Todo esto tiene mucho que ver con lo que viví en mi casa: mi abuela y mi mamá eran muy cocineras, muy charlatanas, lindas conversadoras en Idish; y entre charla y charla siempre traían el recuerdo de un pariente que estaba lejos o ya no estaba, pero con una fuerza que hasta parecía que estaba ahí, en la misma cocina. Y así heredé esas cosas: el gusto por la cocina, y también las historias, el placer por escuchar y compartir.
“Muchas de mis historias preciosas y preciadas están relacionadas con la comida, y con la preparación de esa comida, de la reunión. Amasar las reuniones, los encuentros. Disfruto tanto cocinar como contar historias. Y pienso que la comida es como un fogón, alrededor del cual se reúnen los amigos. Ojalá que nunca falten la comida ni las historias para nutrirnos, alimentarnos”.
Antes de contestar nuestro clásico minicuestionario, Laura nos cuenta:
“Tengo 33 años y hace 14 que vivo en Buenos Aires. En aquella época la mayoría de mis compañeros se iba a Córdoba o Rosario. Yo vine a Buenos Aires de paseo pues estaba enamorada y, con el corazón contento, me quedé. No estaba muy decidida en relación al estudio y no había una carrera convencional que me resultara atractiva. Siempre me gustó el teatro, todo lo relacionado con lo expresivo. En la búsqueda encontré el Instituto de Tiempo Libre y Recreación, un lugar en el mundo para mí. Así fue como empecé a andar mi camino en Buenos Aires, trabajando al tiempo que hacía la carrera. Alrededor del año 2002 fui a ver un espectáculo de Ana María Bovo, una reconocida narradora argentina. En ese espectáculo estaba de invitado un narrador italiano, Roberto Anglisani, que contó El patito feo (en italiano). Me emocioné, lloré, me reí a carcajadas, me sentí tan feliz en ese momento… La conmoción que me produjo el cuento, las emociones que despertó escuchar la maravilla del relato por el relato mismo, fue lo que me movió a averiguar más. Y así llegué a la Escuela del Relato que dirigía, justamente, Ana María Bovo. Y para mí fue como la escuela del placer; un descubrimiento maravilloso, disfruté cada una de las clases y me fasciné por ese mundo en que compartíamos relatos, escuchábamos, contábamos…”, recuerda.
“Vivo en un departamento lleno de luz y libros. Tengo lugares muy cómodos, como por ejemplo: al lado de un ventanal que da al balcón hay una hamaca paraguaya donde me encanta leer, o mirar el cielo a toda hora, cuando está celeste, cuando llueve ó está estrellado. Tengo una mecedora que era de mi abuela, y otros rincones. El departamento está en un barrio lindo de esta gran ciudad, muy cerca de los bosques de Palermo con rosedales y un lago con patas y patitos”, agrega.
.Qué es delivery de historias.
.Es una propuesta personalizada de narración a domicilio, destinada a públicos de todas las edades. La idea es crear espacios de encuentro y disfrute de la literatura allí donde la gente se siente más cómoda, acercando libros e historias de distintos géneros y procedencias. Hay, detrás de todo esto, un objetivo fundamental: estimular el acercamiento a los libros, pero también a los propios relatos, al desarrollo de la imaginación, del pensamiento… Así nació este proyecto, con la intención de desarrollar propuestas innovadoras para el encuentro con las historias que viven en los libros, y las que habitan en nuestra memoria.
.Cómo empezaste y cuándo.
.El Delivery tiene un año y medio. En esa época me mudé a Las Cañitas, un barrio de la ciudad de Buenos Aires con mucho movimiento. Aquí hay muchos restaurants, y muchos de ellos con delivery. Como todos sabemos, actualmente se puede pedir por teléfono de todo: picadas, pizza, empanadas, sushi, bebidas, pañales, cosas del kiosco… Y entonces me puse a pensar en cuántas veces se pide por teléfono algo para compartir con amigos, para acompañar una reunión… Esta fue la punta de un hilo que empecé a ovillar, por la que comencé con esta actividad que me permite combinar las dos cosas para las que me he formado -y en las que sigo formándome-: el oficio de narradora, y la especialización en tiempo libre y recreación. Empecé a desarrollar propuestas para chicos, primero, y luego fui agregando otras, para jóvenes y también para adultos. Siempre alrededor de las historias y los libros que se acercan a los lectores y escuchas; los relatos que nos cuentan, que contamos, que construimos...
.Vivís de esto.
.Sí.
.Sos vos sola o alguien te ayuda.
.Comencé sola con el proyecto, pero este año una amiga especialista en Literatura infantil y juvenil se incorporó al Delivery y estamos amasando nuevas propuestas.
.De dónde salen las historias.
.Las historias salen de diferentes lugares… En los libros habitan grandes y pequeñas historias, para todas las edades… Y además, todos tenemos historias y relatos para compartir: conversaciones, recuerdos familiares y con amigos, llegan volando o aparecen en un objeto. Somos los relatos que construimos, que leemos, que compartimos…
.Qué proyectos tenés en marcha.
.Como decía antes, alrededor de los libros, las historias y la idea de compartirlos y acercarlos a gente de todas las edades, surgen proyectos continuamente. Hay varias cosas sobre las que estamos trabajando. Algunas tienen que ver con ampliar la variedad de públicos a los que puede llegar el Delivery y otras, con el tipo de actividades que proponemos. Pero además, la narración requiere de un tarea constante de lectura, exploración…
.Tenés relación con gente que hace trabajos similares.
.Sí, tengo varios amigos narradores, algunos escritores e ilustradores también. Y ocurre en este ámbito algo maravilloso: el trabajo con la palabra siempre abre lugares de encuentro; y así, cada vez conozco más personas hermosas del ambiente.
.Tenés alguna historia favorita. Contanos por qué la elegís.
.Tengo varias… Pero hay una muy bonita que se llama el Higo más dulce, que me da mucho placer compartir. Sucede en Francia, y es una historia que te lleva a caminar por las calles de París, a saborear la dulzura de esos higos que aparecen en el cuento, que invita a soñar… Y cada vez que la narro salgo a caminar por esas calles, siento los aromas, los perfumes… Además, tiene otra particularidad: es un cuento que en principio estaría destinado a niños, editado en una bella colección de libros álbum, pero que también encanta a los adultos.
.Debés tener muchas anécdotas, contanos algunas, una situación confusa, un pedido que te conmovió...
.Hace poco me llamó una señora que me había escuchado narrar en una fundación. Quería contratarme para que narre en el cumpleaños de sus nietos, que cumplían 18 y 20 años; quería regalarles los cuentos. Desde el momento en que solicitó el Delivery estuvo muy pendiente de todo, quería cuidar todos los detalles. Cuando llegué a la fiesta, nadie más que ella me estaba esperando. ¡Lo que le había faltado decir era que se trataba de una sorpresa, y que nadie más estaba esperando el Delivery de historias! El hijo, dueño de casa y quien me abrió la puerta, quedó desconcertado, no estaba seguro siquiera de dejarme pasar. Finalmente, escoltada por Anita, me hacen pasar a la cocina, y allí explico que soy narradora, que Anita me había contratado para dar una sorpresa y compartir relatos en la fiesta de los nietos. Entonces, irrumpo en esta armonía familiar, un cumpleaños de 40 personas. Pero luego de presentarme, toda la gente se predispuso para escuchar los cuentos. Les conté que el Delivery lleva libros e historias… y luego aparecieron los cuentos, apareció la palabra, la voz y los relatos para compartir. Estaban todos encantados. Cuando terminé con la narración, y dado que el Delivery es un servicio donde la palabra está en juego, abrí la invitación a todos, por si alguien quería compartir sus palabras. La más pequeña de la casa tomó la posta, contó una historia que inventó junto con su papá y mostró un libro casero, que habían armado juntos. Después apareció la voz del padre, contando una historia que le había contado su padrastro. Luego el abuelo materno, contando también una historia… Fue maravilloso ver cómo se fueron dejando llevar por las historias que yo había llevado, y luego compartieron sus propios relatos.
“Tengo 33 años y hace 14 que vivo en Buenos Aires. En aquella época la mayoría de mis compañeros se iba a Córdoba o Rosario. Yo vine a Buenos Aires de paseo pues estaba enamorada y, con el corazón contento, me quedé. No estaba muy decidida en relación al estudio y no había una carrera convencional que me resultara atractiva. Siempre me gustó el teatro, todo lo relacionado con lo expresivo. En la búsqueda encontré el Instituto de Tiempo Libre y Recreación, un lugar en el mundo para mí. Así fue como empecé a andar mi camino en Buenos Aires, trabajando al tiempo que hacía la carrera. Alrededor del año 2002 fui a ver un espectáculo de Ana María Bovo, una reconocida narradora argentina. En ese espectáculo estaba de invitado un narrador italiano, Roberto Anglisani, que contó El patito feo (en italiano). Me emocioné, lloré, me reí a carcajadas, me sentí tan feliz en ese momento… La conmoción que me produjo el cuento, las emociones que despertó escuchar la maravilla del relato por el relato mismo, fue lo que me movió a averiguar más. Y así llegué a la Escuela del Relato que dirigía, justamente, Ana María Bovo. Y para mí fue como la escuela del placer; un descubrimiento maravilloso, disfruté cada una de las clases y me fasciné por ese mundo en que compartíamos relatos, escuchábamos, contábamos…”, recuerda.
“Vivo en un departamento lleno de luz y libros. Tengo lugares muy cómodos, como por ejemplo: al lado de un ventanal que da al balcón hay una hamaca paraguaya donde me encanta leer, o mirar el cielo a toda hora, cuando está celeste, cuando llueve ó está estrellado. Tengo una mecedora que era de mi abuela, y otros rincones. El departamento está en un barrio lindo de esta gran ciudad, muy cerca de los bosques de Palermo con rosedales y un lago con patas y patitos”, agrega.
.Qué es delivery de historias.
.Es una propuesta personalizada de narración a domicilio, destinada a públicos de todas las edades. La idea es crear espacios de encuentro y disfrute de la literatura allí donde la gente se siente más cómoda, acercando libros e historias de distintos géneros y procedencias. Hay, detrás de todo esto, un objetivo fundamental: estimular el acercamiento a los libros, pero también a los propios relatos, al desarrollo de la imaginación, del pensamiento… Así nació este proyecto, con la intención de desarrollar propuestas innovadoras para el encuentro con las historias que viven en los libros, y las que habitan en nuestra memoria.
.Cómo empezaste y cuándo.
.El Delivery tiene un año y medio. En esa época me mudé a Las Cañitas, un barrio de la ciudad de Buenos Aires con mucho movimiento. Aquí hay muchos restaurants, y muchos de ellos con delivery. Como todos sabemos, actualmente se puede pedir por teléfono de todo: picadas, pizza, empanadas, sushi, bebidas, pañales, cosas del kiosco… Y entonces me puse a pensar en cuántas veces se pide por teléfono algo para compartir con amigos, para acompañar una reunión… Esta fue la punta de un hilo que empecé a ovillar, por la que comencé con esta actividad que me permite combinar las dos cosas para las que me he formado -y en las que sigo formándome-: el oficio de narradora, y la especialización en tiempo libre y recreación. Empecé a desarrollar propuestas para chicos, primero, y luego fui agregando otras, para jóvenes y también para adultos. Siempre alrededor de las historias y los libros que se acercan a los lectores y escuchas; los relatos que nos cuentan, que contamos, que construimos...
.Vivís de esto.
.Sí.
.Sos vos sola o alguien te ayuda.
.Comencé sola con el proyecto, pero este año una amiga especialista en Literatura infantil y juvenil se incorporó al Delivery y estamos amasando nuevas propuestas.
.De dónde salen las historias.
.Las historias salen de diferentes lugares… En los libros habitan grandes y pequeñas historias, para todas las edades… Y además, todos tenemos historias y relatos para compartir: conversaciones, recuerdos familiares y con amigos, llegan volando o aparecen en un objeto. Somos los relatos que construimos, que leemos, que compartimos…
.Qué proyectos tenés en marcha.
.Como decía antes, alrededor de los libros, las historias y la idea de compartirlos y acercarlos a gente de todas las edades, surgen proyectos continuamente. Hay varias cosas sobre las que estamos trabajando. Algunas tienen que ver con ampliar la variedad de públicos a los que puede llegar el Delivery y otras, con el tipo de actividades que proponemos. Pero además, la narración requiere de un tarea constante de lectura, exploración…
.Tenés relación con gente que hace trabajos similares.
.Sí, tengo varios amigos narradores, algunos escritores e ilustradores también. Y ocurre en este ámbito algo maravilloso: el trabajo con la palabra siempre abre lugares de encuentro; y así, cada vez conozco más personas hermosas del ambiente.
.Tenés alguna historia favorita. Contanos por qué la elegís.
.Tengo varias… Pero hay una muy bonita que se llama el Higo más dulce, que me da mucho placer compartir. Sucede en Francia, y es una historia que te lleva a caminar por las calles de París, a saborear la dulzura de esos higos que aparecen en el cuento, que invita a soñar… Y cada vez que la narro salgo a caminar por esas calles, siento los aromas, los perfumes… Además, tiene otra particularidad: es un cuento que en principio estaría destinado a niños, editado en una bella colección de libros álbum, pero que también encanta a los adultos.
.Debés tener muchas anécdotas, contanos algunas, una situación confusa, un pedido que te conmovió...
.Hace poco me llamó una señora que me había escuchado narrar en una fundación. Quería contratarme para que narre en el cumpleaños de sus nietos, que cumplían 18 y 20 años; quería regalarles los cuentos. Desde el momento en que solicitó el Delivery estuvo muy pendiente de todo, quería cuidar todos los detalles. Cuando llegué a la fiesta, nadie más que ella me estaba esperando. ¡Lo que le había faltado decir era que se trataba de una sorpresa, y que nadie más estaba esperando el Delivery de historias! El hijo, dueño de casa y quien me abrió la puerta, quedó desconcertado, no estaba seguro siquiera de dejarme pasar. Finalmente, escoltada por Anita, me hacen pasar a la cocina, y allí explico que soy narradora, que Anita me había contratado para dar una sorpresa y compartir relatos en la fiesta de los nietos. Entonces, irrumpo en esta armonía familiar, un cumpleaños de 40 personas. Pero luego de presentarme, toda la gente se predispuso para escuchar los cuentos. Les conté que el Delivery lleva libros e historias… y luego aparecieron los cuentos, apareció la palabra, la voz y los relatos para compartir. Estaban todos encantados. Cuando terminé con la narración, y dado que el Delivery es un servicio donde la palabra está en juego, abrí la invitación a todos, por si alguien quería compartir sus palabras. La más pequeña de la casa tomó la posta, contó una historia que inventó junto con su papá y mostró un libro casero, que habían armado juntos. Después apareció la voz del padre, contando una historia que le había contado su padrastro. Luego el abuelo materno, contando también una historia… Fue maravilloso ver cómo se fueron dejando llevar por las historias que yo había llevado, y luego compartieron sus propios relatos.